Mis palabras hacia ti ya son huecas,
ya ni ellas tienen ganas de crear,
se hartaron de mi.//
El folio me mira pidiendo clemencia,
no quiere seguir empapándose de una tinta
que todavía no sabe que pretende.
Y a la vez,
el bolígrafo llora y chilla en silencio
(se siente desconcertado)
nunca había ido a parar a una mano
tan manipuladora como ésta,
que un día consigue hacerle creer
que forma parte del recopilatorio de Lorca
y al siguiente lo destroza
como a un simple ticket de metro.
Pero no creáis que la culpa es de la mano escritora,
ella también se siente impotente,
entonces...
¿Quien es el culpable?
¿Yo?¿el universo?¿Dios?
¿De quien estoy siendo la reina
que sólo avanza y retrocede
en una cómica partida de ajedrez?
elcolordelaceguera.blogspot.com
ResponderEliminar