martes, 1 de julio de 2014

Escribir un par de líneas no es tan fácil hoy.



Encontrar una musa se complicó,
demasiado maquillaje y Photoshop.

El síndrome de Estocolmo enfermó a la libertad,
ahora prefiere el fútbol y la fiesta en su mediocridad,

con ayuda de la rutina aprendió a amar su sujeción
y ahora ni Dios la puede sacar de la prisión.

y como la iba a liberar alguna providencia
si está atareado entre los curas y la iglesia

que utilizando y mancillando su nombre 
los muy hijo de putas roban a pobres

mientras construir edificios se convierte en su anhelo
y no, no es para poder tocar el cielo.

Y desde aquí abajo, alzando la vista a lo que desconoces
no llegas a ver ni a musas, ni libertades ni dioses,

pero si te fijas en los detalles
aún puedes ver el brillo en las calles,

Supongo que aquel niño hoy será mi musa
que viste la camiseta de Falcao y no una blusa

que para sus compañeros hoy es el dios
por marcar el mejor gol

y encontró sin buscar
unos segundos de libertad.